7 Perversiones en pareja

CO-CREADOR@ Desde : 10/01/2009 He aportado : 24878

Estar en pareja no significa dejar de tener fantasías. Varios hombres y mujeres nos cuentan la perversión más secreta que les gustaría llevar a cabo. ¿Hasta dónde estarías dispuesto a llegar?

La mente humana es un órgano poderoso y sofisticado que nos puede ayudar a sentir altas dosis de placer sólo con activar ciertos mecanismos. Desde siempre el hombre y la mujer se han sentido atraídos por lo prohibido o lo desconocido. Tener fantasías con situaciones, personas o prácticas desconocidas, no sólo es habitual, sino que es recomendable para mantener una vida sexualmente saludable. Estar en pareja no significa tener que renunciar a explorar en nuestros deseos. ¿Qué es aquello que siempre te ha apetecido pero que nunca te has atrevido a probar? Varios hombres y mujeres nos cuentan su experiencia.

1. Mira y déjate mirar

El voyeurismo define la actitud de contemplar actitudes íntimas o eróticas de otras personas. Dejarse observar por otro cuando estamos en la intimidad es una manera pasiva de provocación que eleva nuestra autoestima y convierte cualquier momento cotidiano en una situación de alto voltaje. La mirada es uno de los sentidos más potentes en el terreno de lo sensual y la distancia impuesta por el voyeur no hace sino avivar la llama del deseo contenido. "No hacía mucho que mi novia y yo nos habíamos cambiado de piso. Yo trabajo en casa, una mañana estaba hablando por teléfono en mi habitación cuando en una ventana situada al otro lado del patio de luces vi a una chica preciosa en ropa interior. Mi primer impulso fue retirarme pero me di cuenta de que ella me estaba mirando fijamente. Entonces vi como se llevaba las manos a la espalda y se quitaba el sujetador dejando al descubierto su pecho. Me quedé tan impresionado que permanecí allí plantado si poder moverme. A los pocos minutos ella cerró la cortina y yo continué en la misma posición cerca de una hora. Unos días después la escena se repitió, pero entonces yo estaba preparado y me quité la ropa despacio, sintiendo su mirada pobre mi cuerpo. Cada día dábamos un paso más y durante varias semanas todas las mañanas esperaba el momento con impaciencia. A veces nos masturbábamos, otras veces hacíamos gestos indicando la parte que nos gustaría que se tocara el otro y en algunas ocasiones nos limitábamos a mirar. Creo que nunca podré olvidar esas horas observando a una absoluta desconocida que casi me vuelve loco" –nos cuenta Pedro, un abogado de Murcia.

2. El juego de la dominación.

Entregarte a la tutela de otra persona o bien ser tú el que da las órdenes puede ponernos las pilas y hacer que vivamos situaciones que nunca habíamos imaginado. La idea de ejercer poder sobre otro lleva rondando al hombre desde el inicio de la civilización y tras años de evolución, ha derivado en prácticas como el sadomasoquismo, ahora de moda gracias a la famosa trilogía de "50 sombras de Grey". Si os apetece experimentar con esta práctica tenéis que tener muy claro que es muy importante marcar unos límites y tener en el respeto la base de la relación. "Yo notaba que cuando hacía el amor con mi mujer y le sugería ciertas peticiones ella se excitaba muchísimo. Una noche me estaba haciendo una felación cuando le cogí del pelo y ella empezó a gemir. Al rato me dijo: "dime qué tengo que hacer". Empezamos con ese juego, un día marcaba yo las reglas, le ordenaba que se desnudara, que me esperara de rodillas a un lado de la cama, le gustaba que la esposara. Otra día era ella a que me recibía con unas botas de montar y un liguero y me tapaba los ojos con un antifaz para a continuación sentarse sobre mi boca e indicarme como mover mi lengua dentro de su sexo. Juntos avanzamos en el mundo del dominio y llegamos a tener vivencias realmente placenteras." – explica Jaime, un sevillano de cuarenta y dos años.

3. Cambio de roles.

Ponerte en la piel del sexo opuesto es una de los sueños eróticos de algunos hombres y mujeres que sienten curiosidad por las sensaciones que experimenta su pareja. Para llevarlo a cabo puedes probar poniéndote en el lugar del otro y jugar con algunas posturas y actitudes más habituales en el sexo contrario, o bien dar un paso más y haceros con un consolador dotado con un arnés que la mujer fijaría sobre su vulva.

Paula, una profesora de yoga con pareja estable, nos relata su experiencia: "Siempre había fantaseado con tener un pene y muchas veces tumbada a mi pareja desnudo, me sentaba encima de él y le masturbaba pensando que su pene era mío. Un día le propuse ir más allá. Él se mostró sorprendido pero accedió a probar y yo compré un arnés con un pequeño consolador y lubricante. Al principio no fue sencillo, pues ninguno de los dos habíamos tenido experiencias de este tipo. Con mucho cuidado fui introduciéndole el miembro de suave silicona, poco a poco cogimos ritmo y acabamos teniendo una de las relaciones más intensas que he experimentado en mi vida. Esta práctica es ahora algo habitual entre nosotros, lo que nos ha enseñado a romper tabúes y vivir la sexualidad de manera mucho más abierta".

4. Conviértete en estrella del porno.

La mayoría tenemos un componente exhibicionista dentro de nosotros. El pudor, la falta de seguridad en la propia imagen o la simple carencia de oportunidades nos llevan a no explorar esta faceta. La experiencia de hacer el amor frente a un espejo es muy enriquecedora y nos abre una puerta a caminos desconocidos. Observar tu propio cuerpo y el de tu pareja en acción es, en sí mismo, algo sumamente excitante.

"Hacía tiempo que me acostaba con Eva, una ex compañera de trabajo que llevaba varios años viviendo con su novio. Nos las arreglábamos para vernos siempre que encontrábamos la oportunidad. Una de las veces ella sacó el móvil cuando estábamos con los preliminares y con el brazo estirado, nos grabó mientras nos besábamos. Luego me grabó practicándole sexo oral. Aunque lo hicimos medio en broma la cosa nos pareció muy estimulante y más tarde pasamos un buen rato mirando las imágenes. Eso me dio una idea y la siguiente vez que nos vimos yo tenía preparada una pequeña cámara con trípode junto a la cama. Esa vez registramos todo el encuentro sexual que ya en sí resulto mucho más ardiente por el mero hecho de sentir el objetivo sobre nosotros. Cuando luego vimos lo que habíamos grabado no pudimos ni terminar pues estábamos tan excitados que volvimos a practicar sexo dos veces más".

5. Placer bajo al agua

El medio acuático despierta la imaginación en muchos amantes. Hacerlo en el mar, en la piscina o en una bañera resulta diferente y libera cierta parte de nuestro subconsciente que nos conecta con la esencia del ser humano y la parte animal del hombre. El agua además, al aplacar sentidos como el del oído, el del olfato o el del tacto, es capaz de anular nuestras inhibiciones y convertirnos en seres más libres. "Llevaba una época con la líbido por los suelos. Tras una relación de doce años con mi pareja y dos hijos en común nuestra vida sexual se limitaba a un encuentro semanal casi mecánico. Un día me estaba duchando concentrada en el sonido del agua y sentí como unas manos recorrían mi espalda con suavidad. Entonces noté el cuerpo de mi pareja pegado a mi y como su sexo excitado se apretaba contra una de mis piernas. Él deslizó uno de sus dedos por mi cadera, me acarició la zona de la barriga, el pubis y lo introdujo en mi vagina. Lo inesperado del momento, el contacto de su piel húmeda con la mía bajo el agua y su respiración detrás de mi oreja hicieron que tuviera un intenso orgasmo en cuestión de segundos. Desde ese día solemos encontrar un hueco todas las semanas para darnos una ducha o un baño juntos y disfrutar de esa intimidad" –confiesa Laura, una joven enfermera.

6. Acostarte con un íntimo amigo.

Sentirse atraído por otras personas estando en pareja es algo completamente normal.
La complicación llega cuando el objeto de deseo es un amigo a una amiga de uno de los dos. En estos casos se puede optar por vivir el deseo como una fantasía o bien, y en el caso de que el interés sea correspondido, llevarlo a la práctica de manera discreta intentando evitar hacer daño a ninguna de las partes. "Desde que mi marido me presentó a Diego me sentí atraída por él. Al principio no le di importancia pero cuando sabía que le iba a ver me arreglaba más y en su presencia estaba siempre más simpática y abierta que de costumbre, parecía como si me iluminara por dentro cuando me encontraba cerca de él. Cuando me miraba sentía como se me encogía el estómago y si nuestras manos se encontraban por casualidad o su brazo rozaba con el mío, toda la piel de mi cuerpo se estremecía. Un día salí con mis amigas y me lo encontré en un pub. Empezamos a hablar muy animados y nos tomamos una copa en la barra. Se hizo tarde y le pedí que me acompañara a por un taxi. Caminando por la calle nos miramos y sin mediar palabra empezamos a besarnos. Fuimos hasta su casa y allí hicimos el amor como si lleváramos toda la vida esperándolo. Fue algo muy intenso y bonito que me ayudó a ver la relación con mi marido de otra manera. Lo hemos repetido un par de veces pero los dos tenemos claro que queremos que se quede en lo que es, una historia de morbo y sexo" –cuenta una médico de Barcelona llamada Claudia.

7. Sexo en las alturas

Acrofília es el término que se utiliza para designar la tendencia de aquellas personas que se excitan con la altura. La adrenalina que fluye al realizar actividades como puenting, parapente o salto en paracaídas es tan fuerte, que puede llegar a provocar un orgasmo espontáneo. Llevado a la práctica cotidiana muchas son las personas que han mantenido relaciones sexuales en un avión o en la azotea de algún edificio. "A mi siempre me resultó muy excitante sentir la ingravidez de mi cuerpo. Un día fui con mi novia a un funicular, en ese momento no había nadie más esperando y nos tocó subir solos.

Nada más empezar el trayecto comenzamos a besarnos con intensidad, nos quitamos sin pensar la parte de abajo y terminamos haciéndolo en uno de los asientos. Sentir el vaivén provocado por el viento y estar colgados a cientos de metros sobre suelo hizo que fuera una experiencia memorable" –

El mundo de la perversión tiene un amplio recorrido y solo tú sabes hasta donde quieres que te lleve tu imaginación. Aviva tu deseo soñando con aquello que nunca te has atrevido a probar y abre una nueva puerta a lo desconocido explorando tus límites. A veces sólo hace falta mirar a tu alrededor y descubrir todas las posibilidades que te brinda la vida. Que tengas suerte en tu aventura…

http://www.carrieserena.com/articulo/2610/7-perversiones-en-pareja

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