Me concentro en lo que amo, atrayéndolo hacia mí
Puesto que tus pensamientos marcan la pauta de lo que será atraído hacia ti, es importante pensar en lo que deseas y no en lo que no deseas. No conseguirás lo que deseas temiendo u odiando su contrario. El dinero, por ejemplo, no vendrá porque no te guste ser pobre. La situación en la que se enfoca tu pensamiento es la que vas a tener, porque la energía sigue al pensamiento. Cuanto más te guste tener dinero y abundancia más los visualizas, atrayéndolos hacia ti.
Es importante tener pensamientos positivos. Las emociones y pensamientos positivos atraen hacia ti lo que deseas. Las emociones negativas no te aportan lo deseado; sólo lo que no quieres. Dedica un tiempo sereno y reflexivo a los pensamientos positivos de lo que deseas. Cuando no piensas de forma superior y te entregas a los problemas, la abundancia se ve repelida.
No te sientas mal por los pensamientos negativos que puedas tener porque el temor y displacer les hace más poderosos. Responde a los pensamientos negativos como a un niño pequeño que no sabe lo que hace; sonríe y enséñales cómo hacerlo mejor. Si interceptas un pensamiento negativo, sencillamente pon uno positivo a su lado. Si, por ejemplo, te sorprendes diciendo “No tengo bastante dinero”, di simplemente “Tengo dinero abundante”, “El dinero me pertenece”, “Mis pensamientos comienzan a madurar y aceptar una forma de bienestar a través del dinero”, “Comienzo a amar el dinero como amo mi objeto favorito”, etc.
Sanaya Roman y Duane Packer.