¡Cada uno de nosotros sólo puede ofrecer lo que tiene!

Lo usual cuando uno recibe una agresión, o es hostigado es que no responda con bondad o cordialidad. Si nos encontramos en un estado normal de ánimo, responderemos con calma y seriedad, pero si nuestro estrés es mucho, la hostilidad que recibamos la responderemos con más hostilidad. Las cosas serían diferentes si pudiéramos mantener la calma y propiciar la paz en todo momento, ¿verdad?
Un sabio, cierta tarde, llegó a la ciudad de Akbar. La gente no dio mucha importancia a su presencia, y sus enseñanzas no consiguieron interesar a la población. Incluso después de algún tiempo llegó a ser motivo de risas y burlas de los habitantes de la ciudad. Un día, mientras paseaba por la calle principal de Akbar, un grupo de hombres y mujeres empezó a insultarlo.En vez de fingir que los ignoraba, el sabio se acercó a ellos y los bendijo.Uno de los hombres comentó:
- "¿Es posible que, además, sea usted sordo? ¡Gritamos cosas horribles y usted nos responde con bellas palabras!".
-"Cada uno de nosotros sólo puede ofrecer lo que tiene" - fue la respuesta del sabio.
Aprendamos a alimentar todos los días nuestro mundo interior, nuestra alma, dediquemos unos minutos a ponernos en paz, a poner las cosas en claro: ¿qué quiero? ¿A dónde voy? ¿Por qué estoy aquí?
Porque concentrarnos en ser felices nos ayudará a tomar del mundo lo que nos ayude, y a darle lo mejor de nosotros mismos.

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