Amarres de Amor con Magia Blanca
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 Descifrando el Código McCormick

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Nemesis
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Nemesis


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MensajeTema: Descifrando el Código McCormick   Descifrando el Código McCormick Icon_minitimeMiér Nov 19 2014, 21:30

Descifrando el Código McCormick Portada

Un granjero descubre el cadáver de un hombre de color en un maizal cercano a San Luis (EE. UU) durante el tórrido verano del 99.

En sus bolsillos, dos hojas de papel que contienen un mensaje extraño, aparentemente sin sentido…

12 años después, el FBI no ha conseguido descifrarlo…

Ahora, un español ha dado con la clave…

¿Realidad o ficción?


Asfixiante verano. 25 de junio de 1999

Él no es un hombre corriente. Nunca lo ha sido.

Sobrevive por debajo de la clase pobre, agazapado bajo la alcantarilla oscura y mojada de su perturbada mente. Varón de color, 41 años, altura y complexión normales, adolece de un pasado y un presente condenado al fracaso. Ex presidiario y en paro, malgasta la ayuda social que le proporciona el Tío Sam, ya cansado de mantener a individuos como él.

- Tengo que terminar lados, tengo que terminar lados- masculla sin sentido por la calle, mientras se dirige hacia un sucio y maltrecho consultorio médico, en el condado de Saint Charles, cerca de Saint Louis (Missouri).

Los gritos de los menores que había violado en un pasado no muy remoto, todavía le acompañan como fantasmas cosidos a su putrefacta alma. Su corazón, tan negro y enfermo como sus pulmones, pugna por apagarse y abandonarle.

- Tengo que terminar lados- repite, cual letanía, nervioso, febril. Sus pies, ardiendo, claman piedad.

A Ricky McCormick le quedaban pocos días de vida. Quizá él mismo lo intuía…

- Tengo que terminar lados, tengo que terminar lados…

Descifrando el Código McCormick Ricky-mccormick

5 días después. 30 de junio de 1999

La carretera nacional I 70 cruzaba por un inmenso maizal, rajándolo a cuchillo, partiéndolo en dos. De día, podría ser un paisaje bello y tranquilizador, pero no os gustaría quedaros allí tirados, sin gasolina, a media noche.

Gracias al cielo, sólo eran las 6.30 de la mañana. El olor del verano lo impregnaba todo y paseaba solitario, cantarín, buscando acercarse a quien pudiera disfrutarlo. Sólo las verdes hojas del maíz se cimbreaban levemente, inclinándose ante el nuevo día y rindiendo pleitesía al Sol, dador de vida.

De repente, la naturaleza, presintiendo la desgracia, se calla por un momento, abnegada. A lo lejos, un camión cisterna está haciendo demasiadas eses. Las mazorcas se miran desesperadas y rezan a su Dios para no acabar debajo del monstruo de metal.

El ronco rugido de un motor descontrolado surca el aire, que regala su reconfortante olor al tóxico hollín.

- La tragedia está servida, señores-, comenta el maíz al unísono.

El conductor del vehículo se llama Johnny B. Goode. Así es como le gustaba presentarse a las prostitutas los viernes por la noche. Ha traspasado hace un par de horas la línea de la embriaguez. Está más allá. En otro estado. Y a punto de morir…

Sin poder estabilizar un potro completamente desbocado, y en un intento por hacer algo bien ese día, gira la cabeza a su izquierda para buscar el cinturón de seguridad que no se había puesto porque “yo en mi camión hago lo que me sale de los huevos”. Error; su cuerpo, sin agilidad, hace que su brazo derecho acompañe el gesto de la cabeza a izquierdas haciendo girar nuevamente el vehículo, que empieza a derrapar, completamente perpendicular a la calzada, barriendo todos los baches de costado hasta que la goma de los neumáticos pierden la adherencia…

A la tercera vuelta de campana, Johnny sale disparado por su ventanilla, todavía consciente, a sabiendas de que, con suerte, moriría. No estaba mal después de todo. Una vida sin demasiado estrés, ni problemas; sólo su camión, su alcohol y las mujeres de la calle.

Pero un leve olor a frescura de la mañana se le cruza en los escasos ocho segundos de vida que le quedan. Un olor mezclado con el humo que le trae un mensaje: No estás en la lista de San Pedro, amigo. Y cae a plomo sobre el maizal, de cabeza. Una mazorca penetra en su boca, destrozándosela instantáneamente, hincándose en su garganta y más allá.

En los dos últimos segundos de consciencia, Johnny descubre a alguien que se le adelantó en el camino hacia la muerte; un cuerpo inherte yace a escasos metros de él.

“Encima tengo que palmar al lado de un negro” piensa Johnny justo antes de pasar a peor vida.

- Hueles a Jack Daniels, cabrón-. Suspira la mazorca afortunada, luchando por salir de la boca del sucio conductor mientras la explosión de la cisterna termina poniendo la nota musical a la mañana…

Una hora y media después, aquel tramo de la I 70 era un hervidero de gente acalorada. La oficina del Sheriff y el FBI se disputaban el caso mientras los bomberos intentaban apagabar el incendio. Los locales querían ocuparse de su mierda porque era su territorio y los federales, después de comprobar la identidad del segundo cuerpo, se justificaban diciendo que el hombre de color estuvo implicado en turbios asuntos a lo largo y ancho de varios estados y que podría tener relación con el camionero.

Los especialistas trasladados más tarde al lugar de los hechos pudieron constatar, rápidamente, que ambas muertes no tenían relación alguna. Johnny acababa de morir víctima de un accidente pero el otro llevaba varios días muerto. En avanzado estado de descomposición, un golpe en la cabeza podría haber sido la causa, aventuró el forense.

Después de una agresiva discusión entre las autoridades, el camionero quedó en Saint Charles y el segundo cuerpo fue trasladado a los laboratorios del FBI en Quantico, Virginia. Eran las 12:10 del medio día.



2 de julio de 1999

El hombre de color era, por supuesto, Richard McCormick, nuestro Ricky. Según Quantico, unas rápidas comprobaciones y la autopsia revelaron que había sido víctima de algún ajuste de cuentas entre indigentes. Le habían asestado un golpe durante una pelea y le habían abandonado en el maizal, de mala manera, a escasos treinta kilómetros de su propio domicilio. No querían perder más tiempo en un vulgar violador que había pagado el precio; la cárcel y la posterior muerte. Hicieron en intento de contactar con sus padres, que mostraron emoción alguna por la muerte de su hijo. Le habían perdido hacía demasiado tiempo…

A las 15:00 de la tarde, el Agente Stern, de reciente incorporación, se encontraba frente a la bolsa de plástico que contenía los enseres del fallecido, maldiciéndose así mismo por tener que realizar un inventario de algo que se iba a incinerar unos instantes después.

- ¿Por qué hay que levantar acta de todo esto? Si lo vamos a quemar ahora…-. mascullaba mientras se acomodaba en su silla. Era joven pero ya tenía su propio despacho.

Con unos guantes de latex azules, frios, Stern empezó a palpar las prendas.

- Una camisa negra de botones. Talla mediana, con un bolsillo vacío. Zapatos del 9 y medio, negros también. Pantalones marrones con…-. No pensaba hacerlo. Con palpar los bolsillos desde fuera le hubiera bastado. Pero en la academia a uno le enseñan que siempre hay que comprobarlo todo y no dejar las cosas a medias. Así pues, al meter los dedos índice y corazón de su mano derecha en el bolsillo izquierdo de los pantalones, tropezó con algo.

- ¿…Qué narices es esto?-. Extrajo lo que parecían ser dos notas escritas en papel, algo más grandes que una cajetilla de tabaco cada una, en la que aparecían unas series largas de letras y símbolos.

Este primer vistazo fue suficiente. Resignado por el hallazgo, Stern rebuscó entre los trastos de su mesa una bolsita para pruebas e introdujo las notas identificándolas como 0125/1999 McCormick, Richard. Bolsillo izquierdo/patalón.

Estaba convencido de que no se trataba de nada importante. Ningún pobre diablo puede albergar en sus bolsillos nada que merezca la pena ¿O sí?.

La bolsa comenzó su periplo por Quántico. El supervisor de Stern, un hombre aburrido que nunca debió entrar al FBI por sus tendencias conspiranóicas, sonrió con una chispa de malicia al observar la bolsa y, dándole una palmada en la espalda a nuestro joven agente, se la quedó y se marcho por el pasillo con prisa.

- Supervisor Samick, creo que deberíamos… que te jodan- susurró Stern cuando no pudo oírle.

Ya en su despacho, uno de esos de las películas que nunca tienen luz salvo por un pequeño flexo, el supervisor abrió la bolsa sin ponerse los guantes reglamentarios. La academia le quedaba lejos en el tiempo.

Y empezó a inspeccionar minuciosamente las notas, nervioso, soñando que tenía ante sí un verdadero hallazgo, algo que le sacaría del aburrimiento diario, de los informes interminables y de las reuniones absurdas entre hipócritas y burócratas sin sangre en las venas.

Ambas contenían una exasperante variedad de letras combinadas con paréntesis, números y guiones. Parecía existir una voluntad de comunicar algo. ¿Habría un código detrás? ¿Cuál? ¿Con qué motivo?. Debería existir un destinatario concreto. ¿Quién?

La nota uno, tenía una presentación limpia, sin manchas. Trece líneas de contenido que a Samick se le antojaron pura magia; un reto. La segunda nota estaba arrugada, con una mancha, como si alguien hubiera apoyado el canto de la mano mientras escribía. Contenía dieciocho líneas torcidas, con rectificaciones.

Descifrando el Código McCormick Ricky-mccormick-case2

- Aquí hay algo-, piensa en voz alta Samick, y ni corto ni perezoso, descolgó el teléfono para contactar con los chicos de criptografía. Eran las 17:03 de la tarde.

La Unidad de Análisis Criptográfico y Antifraudes del FBI tenía una reputación inmejorable. Personal eficiente, bien instruido y con mucha experiencia, permanecían siempre atentos a cualquier avance en materia de cifrado de información.

Sin embargo, al ver aquella nota, los especialistas se miraron los unos a los otros desconcertados.

- Casi no existen mensajes secretos en papel, Samick. Lo habitual son los archivos PGP o GPG. Es lo que usan ahora las empresas y los terroristas. Pero, sea lo que sea, lo descifraremos-. El reto estaba sobre la mesa.

El trabajo acumulado quizá no les dejaría mucho tiempo para los divertimentos del supervisor loco, tal y como le llamaban los chicos de criptografía, pero lo intentarían en los ratos libres, le dijeron.

Samick se quedó un poco frío ante tales declaraciones. Abandonó el laboratorio de criptografía, sin mucha fe, dando un portazo. El ingenuo supervisor no sabía que esas notas jamás serían descifradas, al menos por el FBI.

Un mes después del incidente, nuestro joven Stern fue promocionado y destinado a Washington y un cambio de los jefes del FBI y de las directrices propiciaron la jubilación temprana de Samick y su empeño en descubrir el secreto de aquellas notas, que empezaron a perder importancia a los ojos de los demás.

Los especialistas de la Unidad de Análisis se divertían con aquel extraño juego cuando no tenían nada que hacer. Se lo tomaban como un crucigrama imposible. Dos papeles y un código que ninguna máquina ni método había conseguido descifrar.

En el corcho de la pared del laboratorio aparecían notas internas, carteles de anuncios, chistes gráficos y “el código McCormick”, como así lo denominaron, como un habitante más del lugar, un integrante de la familia. Unos papeles que se presentaban a modo de examen-novatada al nuevo personal para ver si tenían lo que había que tener para estar en la Unidad.

Y el tiempo, inexorable, fue pasando.. y el código fue cayendo en el olvido.

12 años después

José Galofré Manero es un enfermero normal y corriente, de mediana edad, y con muchas inquietudes. Amante del ajedrez y de la serie Colombo, lector de Arthur Conan Doyle o Edgar Allan Poe y aficionado a todo lo relacionado con los servicios de inteligencia.

El 29 de marzo de 2011 sobre las 20:00 horas se hallaba cómodamente sentado en su cuarto del ordenador, curioseando por Internet sitios que, de vez en cuando, le ofrecían datos interesantes.

De repente, al ingresar en el portal del FBI, saltó un aviso en la página:

Descifrando el Código McCormick Fbipng

Help Break de code (ayúdanos a romper el código) aparecía como título de un anunció inesperado. Y una historia detrás. La muerte de un tal McCormick y unas notas que no habían conseguido descifrar.

¿El FBI pide ayuda a los internautas de todo el mundo? No puede ser, piensa José, a la vez que su activo corazón siente algo especial. ¿Quizá un nuevo reto?

Al parecer, el FBI regalaba la información, las imágenes de los manuscritos de ese McCormick, al público, ofreciéndole la oportunidad de desentrañar el misterio.

¿Era una broma? Será información no relevante, si no, no se presentaría así al mundo… ¿Tenía solución aquel galimatías de letras? ¿Sería un intento de captar nuevas mentes superdotadas? ¿Un experimento?

José, después de un vistazo a las notas, decidió recoger el guante y se puso a ello, sin demasiadas esperanzas pero decidido a pegarle un buen mordisco al misterio.

Y lo consiguió. Vaya si lo consiguió. Envió a través del formulario del FBI su propuesta de descifrado pero nunca obtuvo respuesta, que sepamos… Qué extraño. Tampoco los federales se hicieron eco públicamente del tremendo trabajo del enfermero… Extraño…

¿Existían diferencias entre la manera de pensar del FBI y nuestro compatriota? Sí. Los federales lo habían encargado todo a potentes ordenadores rompedores de códigos. Códigos que seguían unas reglas fijas. No como la mente del señor Galofré, capaz de combinar varios métodos de descifrado asimétrico y no lógico.

¿Puede un cerebro superar a una máquina?

A José le encantaban todos estos temas. Desenterrar mensajes ocultos. Encontrar el orden entre el desorden. Y se fue a por ello… Introduzcámonos en su mente…

Descifrando el código

Si observamos ambas notas, lo primero que tenemos que tener en cuenta es que la primera está como pasada a limpio, en comparación con la segunda que parece sin terminar, como si el mensaje no estuviera completo. Por tanto, en la fecha de su muerte, no había terminado de conformar la segunda. La mancha existente en la segunda denota que el artífice estaba haciendo un trabajo manual que implicaba ensuciarse las manos. ¿Tierra, barro?

¿Por qué el cadáver está en la esquina de un campo cultivado? No está escondido porque no era necesario esconderlo. Si observamos un mapa de la zona, el cuerpo podría haberse abandonado en dos ríos próximos: El Mississippi y el Missouri, pero acabó tirado en la esquina de un campo y junto a un camino de tierra, es decir, quien lo dejó tenia prisa y no tenia nada que ver con él.

Si al final del descifrado obtenemos un mensaje comprensible y escrito en algún idioma, éste ha de ser, obligadamente, en inglés.

Partamos del siguiente axioma: las notas tienen sentido.

La teoría de la buena educación nos dice que una persona escribe su nombre al principio o al final de su escrito. Hay que buscar McCormick, Yo McCormick o Yo soy McCormick.

Si pone usted su nombre a una nota, la nota no es para usted mismo, es para otro lector, desconocido. Y si se quiere declarar algo o hacer un trato a cambio de algo en acto de última voluntad, deberíamos buscar la palabra “please”.

Teoría de la sencillez: encontremos lo que encontremos, debemos basarnos en ello para resolver lo oculto. Dividir el problema en pequeñas partes, comprobar que lo hallado tiene sentido y es coherente: mismos signos, mismos significados. Es aplicar la NAVAJA DE OCKHAM y el METODO DE DESCARTES. Debemos empezar con textos cortos.

Los verbos básicos suelen repetirse. Busquemos “to be”, verbos modales como “would” y los que podamos suponer:

Teoría del espacio: Esto ya lo explica Poe en su cuento “El escarabajo de Oro”. Voluntaria o involuntariamente, al codificar, el autor deja espacio entre palabras. Aquí, quizá descubramos que un guión une la palabra, pero puede que no garantice que la clave usada sea la misma.

Teoría de números: Los números son palabras y sonidos; y sirven para medir el espacio y el tiempo.

¿Qué sistema se utiliza en estas notas? Si Ricky utilizaba estos códigos desde niño, obligatoriamente debería haber empleado dos de los que se aprenden a esas edades: el alfabeto inglés y el alfabeto fonético.

En este caso se trata de una taquigrafía natural a base de abreviaturas y juegos fonéticos. El alfabeto inglés antiguo y la taquigrafía geométrica a base de líneas cortas y largas, puntos, cruces y giros como “+” = “CROSS”, “punto” = “0″ o la que permite que “L” (geometrico) = “lawful” y (geometrico)= “awful” (que significan respectivamente como “legal” y “criminal”).

También hemos de considerar el uso callejero, por ejemplo “TX” = “tax”, “impuesto”, pero en sentido figurado también significa “prueba”.

Por lo tanto, y resumiendo, existen tres estilos taquigráficos; el alfabético, el fonético y el geométrico, personal, de sustitución y no sustitución de palabras y sílabas. Pero hay mezclas. Parece que al final cada taquígrafo tiene su estilo propio, “instransferible”.

Sea como sea, el texto resultante es un resumen, a lo bruto, de un discurso que no respeta las leyes de la gramática y el orden habitual. Quien quiera descifrar el galimatías debe reconstruir el texto.

El primer hallazgo importante sería encontrar la firma de Ricky. Un nombre encabeza o sirve de final para cualquier escrito. Si nos fijamos en el final de la nota número dos encontramos:

“O-W-m-4 H8L XORLX”

O-W-m-4 significa “Own for”. aplicando el código Cesar B, “m” es “n” y “4″ significa “four”, que suena como “for”.

“H8L”. Aplicando Cesar B, “H” es “I” y “L” es “M”. “8″ es “eight”, que suena como “eit”, que a su vez suena como “ei”, es decir “A”.

“XORLX”. “X” es un truco taquigráfico por combinaciones de la letra C (MC, C y CK).”O” y “R” permanecen igual y “L” es “M” empleando Cesar B.

Además, los guiones unen las letras y signos en una palabra. ¿Conoce usted la canción “Nothing compares 2U”?. Es un truco, un juego de palabras que se utiliza en SMS o en Whatsapp.

Aplicando lo que ya sabemos tenemos:

O-W-m-4 H8L XORLX = OWN-for I am Mccormick = “Porpio puesto que yo soy McCormik” o, en una traducción más españolizada, “puesto que yo soy McCormick”.

Ahora ya hemos destripado el código. Queda la ardua tarea de trasladar todas estas normas al resto del manuscrito y ver qué tenemos.

NOTA TAQUIGRAFICA UNO:

EL PLAN (Todo va bien, lugar seguro, lejos de otros ladrones, código preparado y se puede recuperar)

1-Monday make and i´m Marais, insignificant a either.
2-Thief are and i, and plan see and quit either would be are and see and praising do.
3-Praise and mate oppre hold would and had been (Thief come if tick come and had been)
4-A loop are quit pit come way peep away and had been me gawk see would are would be are and see praise.
5-Would are would be are and see and to zip and i in tax is ease resume, ease late raise would and had been.
6-All would and had been this me lawful see release and are call is need as and would and had been.
7-(No quit fussy and leisure and had been) and tied code mine see and cure are would be are and i.

LA AUTOBIOGRAFIA. (caída, recuperación y redención de un ladrón adolescente… y la salida de la cárcel en 1994)

8-(Tennie thief are and i, and would be are these and had being do).
9-(Failure see praise on deem 1971 and had been).
10-(Cede and see praise on safe 1974 and had been).
11-(Poor crossed praise on redeem 1975 and had been).
12-(Thief and thorn had miss quit sole murder loose to tired would and would not had been).
13-(I 1994 would is and had been)—-(Terrify come).______or:(Terrific me).

NOTA TAQUIGRAFICA DOS:

1-All quit and tied, home is ease, err crossed.
2-Way lose meet is ease, this excess effort see…
3-…quit, and rather on praise would and had been
4-and would come are had miss quit and i would is this me come.
5-Bulk meet zest you and see and (it)´d become.

6-(mL n SAI6 TE n mu n ARSE)

TRANSCRIPCIÓN-(Mail and seize tied and misuse and arise)—La “L” y la “I” son dudosas, la última podría ser una “h” y por código Cesar +1 pasa a ser “I”; misuse es una solución fonética al unir “me” y “iu”.

INTERPRETACIÓN – Mensaje enviado mantenido atado y abusa y surge de ello (aprovéchalo o levántate).

7-KL S E-LREST E-T R S E-T h6 E-m KSE n-m hSE.

TRANSCRIPCIÓN – Kill is ill, rest it rise, it haze, i´m keepsake, enemi see (o tambien “enemi hush i”)

INTERPRETACIÓN – Me mata esta enfermedad, descansos en aumento, esto se nubla, yo soy ya solo un recuerdo de lo que fui algún día, enemigo (la Muerte) a la vista (o “enemigo (la muerte) me hace callar”).

8-(SAE6 nSE SE n M8SE)

TRANSCRIPCION-(Seize nice see and mate)

INTERPRETACION-Buen provecho y mira (o compruébalo, o acompaña a) con amigo.

Y ahora viene lo más difícil, la parte del cuento de Poe (el escarabajo de oro) en la que hay que sacar el tesoro y se produce el error del criado Júpiter que cambia las medidas y el lugar de búsqueda. No se puede trabajar sobre el terreno, obviamente, y el programa de Google Earth ya no sirve para mucho más.

9-And me and i would being, and see quit crossed 2, quit…
10-36 miles see, 74 is quit rail see, 29 keep (o keen) no sole it 3 are rather see
11-35 home i come gaze and you, and you take pack raise quit is hole
12-651 meters lose, hit lose and cut do, there is and more
13-99.840 $ to you and i please and case quit all these and seek see and busy
14-and share (o sure) on see put is i would and had been (third coil -o coal-)
15-and muse and raising awful and trail err would be are and see and this are craze and i
16-laze quit and see and gaze quit see make see are busy and had been avenue come are
17- i´m careful and more in had been———half me you and the please.
18-Own-for I am Mccormick.

Las dos notas aparecen completamente decodificadas después de una labor complicada pero que ha dado sus frutos. Hemos partido del descubrimiento del código a través de la última línea de la segunda nota para ir vistiendo el resto de la historia:

McCormick escondió en Marais Temps Clair Conservation Area (condado de St. Charles, Missouri) que se encuentra a una distancia de 36 o 29 millas, según vayas hacia el Oeste o el Norte desde algún lugar de St. Louis, una maleta (case) o paquete (pack) en un agujero (hole) o foso de observación de aves (pit) que se encuentra después de una curva, a 651 pasos (meter de metro, accesorio de medida, pues en los EE.UU no rige el sistema métrico decimal, podemos suponer que McCormick contó los pasos), después de pasar dos cruces desde la entrada cerca de una casa (que podría ser la 35). El foso debe estar entre la “pool 6″, “pool 7″ y “pool 10″ (probablemente la “pool 6″). Y cerca de 3 rollos o tres carbones.

El número 74 hace referencia al tren, a la vía del tren que delimita la CA. por el sur. El 13 de Marzo de 1974 la compañía de trenes Amtrak reanudó el servicio de pasajeros entre St, Louis y partes del estado de Missouri y otros Estados fronterizos que antes ya había funcionado. (fuente: Wikipedia).
74 es una pista que hace referencia a la posibilidad de llegar al parque. Hay 3 maneras de llegar al parque y a la vez lo delimitan por todos los lados, y se ùede escoger cualquiera (ver la nota 2, línea 10).

El texto taquigráfico de McCormick, acaba meditando sobre el incremento de la criminalidad y del camino equivocado que otros siguen y que le parece una locura , y decide dejar de hacer el vago y de dejar de hacer como que trabaja y decide seguir el camino correcto como ha de ser. (nota 2, líneas 15 y 16).

En la maleta hay 99.840 dólares y algo más (nota 2, line 13) que se supone que es alguna prueba relacionada con alguien llamado THORN, un asesinato sin resolver (nota 1, línea 12).

Y ahora sólo falta una cosa ¿Quién mató a McCormick?

Resumamos:

Va al médico y recibe un tratamiento médico por su problema crónico cardiorrespiratorio.
Va a Marais a enterrar una maleta.
Se encuentra su cadáver muy cerca de la carretera I 70 y en la esquina de un campo de maíz expuesto al aire libre y a su visión desde un camino de tierra.
No sabemos por qué murió, pues el avanzado estado de descomposición evita un examen detallado aunque el forense descartó armas de fuego, armas blancas y venenos o drogas habituales.

La solución a la pregunta ¿Quién mato a McCormick? es:

NADIE sabe con certeza qué es lo que ocurrió realmente, quizá, si el camionero no hubiera muerto junto a él, si lo hubiera descubierto estando todavía vivo…

Y queda por resolver otro asesinato, inesperado. El que descubre McCormick en la nota dos, línea 12. ¿Se atreve usted?

¿Y el tesoro? ¿Se anima a coger un billete de avión y un mapa? Puede que todavía esté allí… en algún lugar…

Descifrando el Código McCormick 20111225201711-utexasst_louis

Agradecimientos

Esta historia está basada en hechos reales. Algunos nombres y datos han sido omitidos, cambiados o inventados a propósito. Si le parece interesante, investigue y quizá pueda averiguar…

http://elhombredevitruvio.wordpress.com/2013/04/07/codigo-mccormick/#more-296
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