SÍ, NO, TE QUIERO, LO SIENTO

En muchas ocasiones son palabras que salen con facilidad por el simple hecho de que se han convertido en una manera de llenar espacios vacíos, en una forma de evitar decir lo que realmente sentimos o queremos:

En otras ocasiones son palabras que se anclan al final de nuestro estómago y se agarran a nuestras tripas para no salir, pase lo que pase:

Caemos en la trampa de jugar con las dobles intenciones, con las interpretaciones, con las sugestiones y nos olvidamos del verdadero valor de las palabras y de la importancia de la comunicación transparente, porque ser sinceros nos puede llevar a ser rechazados (en el caso de un “te quiero”), ser sinceros nos puede llevar a tener fama de egoístas (en el caso del “no”), ser sinceros nos puede llevar a que se aprovechen (en el caso de reconocer la culpa) y así, caemos en la trampa de las apariencias.

No te dejes llevar, no caigas en la trampa, pues hay momentos en los que si utilizas alguna de estas palabras sin el sentido real que tienen, estarás diciendo “sí a los demás” pero en realidad te estás diciendo un “no a ti mismo”.