¿A veces te sientes triste, desanimado y frustrado con tu vida? Tal vez sea porque no estás alineado con el destino y la pasión.
Entonces llegó tu hora de hacer un trabajo interior para saber qué quieres ser, hacer o tener... recordando que el propósito de la vida es disfrutar y amar.
En este sentido, la pasión es el fuego interior que te impulsa hacia adelante a través de la combinación del amor por lo que haces y el sentido interior de propósito y destino. Todos estos elementos organizados te ahorran tiempo y te llevan a descubrir tu misión en esta vida.
Ahora, es conveniente aclarar ¿qué produce la verdadera felicidad? Muchas personas asocian la felicidad con el logro. Por ejemplo: seré feliz cuando me den un ascenso o compre mi casa o gane más dinero o consiga mi alma gemela. Cuando alguien está orientado por completo hacia sus objetivos logra mucho en la vida, pero no necesariamente son felices.
Porque la clave de la verdadera felicidad está en vivir una vida apasionada y no en el logro de metas. Las pasiones tienen que ver con la forma como vives y las metas tienen relación con lo que uno elige crear en su vida. Ejemplo: deseo comprar una casa hermosa con vista al mar, pero si la consigo, ¿viviré con pasión? No necesariamente, porque al tenerla seguro desearás otra cosa y así sucesivamente.
Por lo tanto, las personas felices que viven con pasión logran sus metas pero las mismas no determinan su felicidad, porque se mueven en la vida desde otro lugar. ¿Cuál? Escuchan su corazón y su intuición... Luego, descubren su destino y misión de vida.
En este sentido, conectarte con tu pasión es llegar al propósito mismo de tu vida, que favorecerá tu evolución, expansión y autorrealización, lo que se traducirá en alegría, salud, vitalidad y energía.
Recuerda que aquello en lo que fijes tu atención cobrará fuerza en tu vida, así que desde tu libertad elige dónde centrarás tu mirada y cultívala. Cada vez que te enfrentes a una elección, decisión u oportunidad, privilegia tus pasiones, sueños, deseos, anhelos e intuición.
Por último, Marci Shimoff decía: "Cuando una persona es profundamente feliz lleva consigo un sentido de propósito dondequiera que va, cualquiera sea la situación en la que se halle. Incluso si le está cambiando el aceite al auto, le da a esto un alegre sentido de propósito".
Créate una vida apasionada recordando que la felicidad se genera de adentro hacia afuera.
por FRANCA TREZZA