A diario nos relacionamos con mucha gente, y con frecuencia en esas relaciones surgen conflictos, lo que suele suponer obstáculos para unas buenas relaciones y para poder lograr lo que se desea.
Se produce conflicto cuando interaccionan dos o más seres con intereses superpuestos, es decir, cuando las necesidades de uno o más individuos los llevan a querer algún objeto apetecido por otro individuo o grupo de individuos.
Ante un conflicto se pueden seguir al menos dos tipos de acciones, cooperar predisponiéndose a tratar de llegar a un resultado mutuamente favorable para las partes, o enfrentándose, haciendo para conseguir un resultado satisfactorio, a costas de quitarle los derechos o beneficios a la otra parte en conflicto.
Es importante saber percibir que se ha entrado en una situación de conflicto, puesto que, no hay estado de confusión peor que el estar en medio de un conflicto y no tomar conciencia de la situación. Hemos de aceptar que se ha entrado en una situación de conflicto siempre que queramos algo que es pretendido por otros o que alguien quiera poseer algo que nosotros tenemos.
Se ha de hacer todo lo posible para poder mirar la situación fríamente y tratar de identificar los hechos relevantes, puesto que la reacción habitual cuando nos enteramos que alguien desea lo mismo que nosotros es la de enojo y ofuscación, lo que lleva a nublar la mente y confundir la razón, y esto es justamente lo que hay que evitar, si se quiere conseguir la meta deseada.
Hemos de identificar quienes son las personas que compiten con nosotros en el conflicto en cuestión.
Un análisis frío y exhaustivo de la situación puede hacer que uno termine dándose cuenta que en realidad no quiere lo mismo que el adversario, por lo que el conflicto se puede llegar a solucionar, para ello conviene reflexionar haciéndose las siguientes preguntas: ¿Sobre que punto exactamente se discute? ¿Que es lo que se quiere que las otras personas también anhelan?.
Hemos de considerar si cambiando el entorno donde se ha dado el conflicto podría cambiar en algo la naturaleza y las características del mismo. Cambiando la manera en que se desarrolla el conflicto, es decir, la forma en que se enfocan el accionar en él, se puede dar con una solución adecuada.
Algunos factores a tener en cuenta para no entrar en conflicto con los demás.
Aunque una persona haya dicho algo que no guste, ha cometido un error o se ha comportado de una forma que nos parece incorrecta, no hemos de etiquetarla por ello, se ha de mirar más allá de ese hecho o esa circunstancia, para ver la globalidad de la persona, así como toda la relación que se ha vivido con ella, pues si esa situación que nos ha resultado inadecuada nos ha creado sentimientos de ira puede ser que cometamos el error de ver solo lo negativo, siendo adecuado dejar que pase algo de tiempo para poder tener una perspectiva más objetiva.
Se asertivo y di lo que te ha podido molestar de otro y el por qué, para así poder hablar y dar la oportunidad de corregir el posible mal y reparar el posible daño.
Hemos de contar que todos los seres humanos no vivimos la perfección y por ello cometemos errores, así que quien se propone tener amigos perfectos puede ser que se encuentre solo, pues ese tipo de personas no existen.
Hemos de aprender a relativizar, pues un exceso de sensibilidad con las demás personas, puede hacer que estemos con frecuentes molestias por cosas que en realidad no tiene tanta importancia.
Existe la posibilidad de romper un vínculo porque no aporte bienestar, o al revés, puede que se vayan acumulando disgusto tras disgusto y apetezca, seguir con esa vida. Lo importante es disponer la plena libertad para elegir una u otra opción, es decir, el modo de reaccionar ante un posible perjuicio, así como ser consciente de como se vive.
Hemos de conocer cuales son las situaciones que más nos duelen, respecto a las relaciones con otras personas, tanto en lo que esperamos como de las acciones que realizan.
El conflicto puede ser una fuente de aprendizaje, por ello no se ha de vivir con medio, tratando de evitarlo a todas costas, aunque si sabiendo ver la situación positiva de las circunstancias que vivamos.
Incrementando nuestra sabiduría y por tanto los conocimientos, tendremos una mejor calidad de vida y podremos enriquecernos como personas. Podremos utilizar los conocimientos que poseamos para tratar de minimizar o eludir los conflictos.
La calidad de vida se amplía considerablemente para las personas que pueden manejar apropiadamente sus conflictos, por ello ante una situación de conflicto hemos de saber reconocer este, actuar de la forma adecuada para lograr nuestras metas y sacar un aprendizaje, sabiendo ver el lado positivo de las situaciones.
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Nunca en el campo de los conflictos humanos, tantos le debieron tanto, a tan pocos.
Winston Churchill.
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El fracaso fortifica a los fuertes.
Antoine de Saint-Exupéry.
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Nunca es definitivo el éxito ni perenne el fracaso.
José María Gabriel y Galán.
Dver.
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