La relación de pareja viene a ser una de las partes más complejas e importantes de la vida. La pareja es de las pocas relaciones que escogemos, es con quien pasamos más tiempo, es a quien afectan más nuestras decisiones y a nosotros las suyas. La pareja es quien tiene la posibilidad de conocernos mejor que nadie y también el potencial de acompañarnos por la vida.
¿Cómo es una pareja fuerte?
Una pareja fortalecida o fuerte es aquella quien tiene la capacidad de adaptarse a los cambios. Cambia nuestro entorno, nuestras circunstancias, nuestro cuerpo y también nuestra personalidad, la vida esta llena de cambios. Por lo cual para que una pareja prevalezca de forma sana es de suma importancia que tenga la capacidad de adaptarse.
¿Qué hacer para fortalecer mi relación de pareja?
Aceptar que nuestra vida es enteramente responsabilidad nuestra. Lo cual se nos hace muy fácil romper.. ¿Cuántas veces no hemos dicho? YA NO ME HACES FELIZ. ¿¡Como si nuestra felicidad fuera su responsabilidad?!
En la contra parte, es un error que también cometemos con regularidad… debemos Aceptar que la vida del otro no es nuestra responsabilidad. Y si el otro no está feliz, no tiene trabajo, no sabe hacer algo… hay que permitir que él o ella se haga cargo de eso. Si no lo hacemos así estamos dejando la posición de pareja para tomar la posición de madre o padre.
Aprender a escuchar. Escuchar sin prisas, sin interrupciones y muy muy importante sin juicio.. de manera empática. Pues todos estos anteriores solo hacen que el hablar para el otro sea demasiado difícil.
Aprender a dialogar. Nuestra opinión y la suya ambas son de suma importancia y no necesariamente deben de estar desacuerdo.
Tener en cuenta que: Lo mío y lo tuyo han de ser tenidos en cuenta y debatidos para poder llegar a definir “lo nuestro”.
Aprender a compartir, tiempo, gustos, amigos, experiencias.
Aprender a pedir.
Dedicar tiempo específico para la pareja.
Aprender a utilizar los conflictos y las crisis, para aprender más de nosotros mismos, ver qué necesitamos y cuál es el dolor que suscitamos en nuestra pareja.
Consentir a la pareja
No valen los sobreentendidos.
¿Qué no hacer para fortalecer mi relación de pareja?
Esperar que mi pareja adivine lo que quiero y necesito.
Competir. Cuando competimos con nuestra pareja estamos predisponiéndonos a que uno de los dos pierda. Pero no hay que olvidar que nuestra pareja es nuestro equipo si pierde uno pierden los dos.
Acumular desaires, desacuerdos, enfados, reproches, faltas de respeto…. En muchas ocasiones tendemos a obviar, evitar y negar problemáticas con nuestra pareja por evitar enfrentamientos. Sin embargo los están acumulando y tarde o temprano saldrán a relucir lo cual no tiende a pasar de la manera más sana cuando dejamos pasar tiempo. Reluce por medio de actos que no controlamos, mal humor, fastidio, problemáticas físicas, etc. Todo lo que no decimos con palabras lo decimos de otra manera.
Renunciar a formular nuestras quejas, necesidades o ideas por evitar conflicto.
Utilizar la ironía, el sarcasmo, la critica destructiva, el grito, el insulto, la ridiculización, la descalificación o el desden al dirigirnos a la otra persona. Todos estos lastiman y debilitan a la relación de pareja.
Relegar las relaciones sexuales a segundo plano. La relación sexual es una necesidad, una forma de comunicación y una unión que no podemos reemplazar con ninguna otra cosa. El tener relaciones sexuales sanas, frecuentes y satisfactorias mejora nuestra salud física, mental y emocional.
Juzgar las acciones, pensamientos y decisiones de mi pareja. El juicio separa y lastima. Además el que juzga siempre se está poniendo en una posición superior con lo cual renuncia a la pareja desde su definición pues pareja significa igual.
Comenzar frases con siempre o nunca, especialmente hablando de reclamos los siempre y los nunca además de molestar o irritar estamos cancelando y minimizando los esfuerzos aunque pueden ser mínimos que si se han hecho. En vez de utilizar el nunca y el siempre pudiéramos utilizar: En muchas ocasiones. Son muy pocas las veces.
Reprochar… en vez de reproche utilizar peticiones. Ejemplo Reproche: ¡Porque nunca me besas! Petición: Sabes amor me gustaría que nos besáramos más.
Lic. Cristina Kennington Westmark