Los conflictos de las parejas plantean la posibilidad de otorgar más solidez al vínculo establecido con el otro y con uno mismo, definiendo de fondo lo que podemos y estamos en la disposición de conocer, aceptar y perdonar permitiéndonos ser empáticos y flexibles.
Uno de los mejores indicadores para valorar la manera en la que nos colocamos frente a nuestra pareja y ésta ante nosotros, es la forma en la que se llevan acabo las discusiones.
Discutir no es malo en sí mismo, pues permite conocer lo que piensa y siente el otro, sin embargo la manera en la que se discute es lo que determina desde el inicio los resultados y consecuencias de ésta.
Si en mis comentarios incluyo insultos, violencia y humillación, no sólo provocaré lo mismo hacia mí durante la discusión, sino que estableceré un terreno no de generación de soluciones sino un ambiente en donde sólo hay dos posibles salidas: dominar violentamente al otro o ser aplastado por él.
Para generar un espacio en donde se plantee llegar a una solución es necesario dejar de ver en el otro esa construcción que hacemos de él y verlo en una dimensión más realista, tomando en cuenta sus errores y defectos, así como las maneras en las que suele conducirse. El objetivo inicial y principal de una discusión debe ser, pues, escuchar qué es lo que el otro tiene que decir y darle la oportunidad de que escuche nuestro punto de vista sin ser interrumpidos o juzgados.
Discutir de manera constructiva no implica evitar manifestar nuestro enojo y frustración ante las cosas con las cuales no nos encontramos de acuerdo, sino más bien, establecer para qué y cómo quiero discutir:
1. Deseo liberar mi carga emocional y sentir que el otro me escucha.
2. Quiero llegar a un arreglo inmediato o establecer las bases para un arreglo a largo plazo.
Para lograr concordar con el otro debemos indicarle, clara y puntualmente cómo nos sentimos y lo que deseamos abordar así como el para qué deseamos hacerlo, es a partir de las palabras que podemos generar el ambiente necesario para reconstruir los cimientos de nuestra relación.
Lic. Esther Solís / Psicoterapeuta en Psipre S.C.