Claves para disfrutar de una convivencia feliz

Tener una relación de pareja ideal es uno de los temas más atractivos e importantes para la mayoría de las personas, pues todos queremos sentirnos amados y felices. Aprender a manejar las crisis, los desacuerdos y las diferencias nos permitirá mantener la llama del amor encendida.

Una pareja es capaz de superar las más graves ituaciones externas, pero muchas veces no lo es de manejar los pequeños conflictos cotidianos. Para mantener una buena relación y evitar que el amor se escape por los pequeños agujeritos que abrimos con nuestra actitud y comportamiento sin darnos cuenta, necesitamos estar más atentos a los detalles, a esos pequeños reclamos que nos hacemos y que se repiten día tras día sin que decidamos hacer algo para corregirlos antes de que se conviertan en un problema grave.

Es importante resolver los desacuerdos mientras sean pequeños y sin mucha importancia, y al mismo tiempo, usar las herramientas que tenemos para hacer crecer el amor y el placer de la mutua compañía. No podemos sentarnos a conversar esperando que el otro haga lo que nosotros queremos; construir un acuerdo significa tomar en cuenta el punto de vista y las razones de cada uno para luego buscar una alternativa.

Mantener el amor implica dedicarnos al cuidado diario de la relación, canalizar el estrés para que no trastorne nuestra manera de actuar y mantener una buena higiene emocional que nos ayude a proteger la relación de las situaciones inesperadas y cambiantes que puedan presentarse.

Errores frecuentes que acaban con el amor
• Hacer un reclamo con insistencia. Muchas veces no conocemos el efecto tan terrible que puede tener nuestro reclamo insistente. Es preferible buscar el momento ideal para expresarle nuestro desacuerdo, necesidad o sentimientos a nuestra pareja, anteponiendo siempre el sentimiento de amor a la queja, de manera que sirva para favorecer la comunicación y para que juntos podamos buscar una solución.

• Idealizar a tu pareja. La idealización es un proceso a través del cual convertimos al otro en una persona que no es. Cuando lo hacemos, perdemos la capacidad de reconocer los errores que pudiera cometer, lo justificamos la mayor parte del tiempo y vivimos con la fantasía de que esa situación se resolverá sin que debamos enfrentarla en algún momento.

• Renunciar a tus sueños por el otro. Amar no significa dejar de quererte a ti mismo, tampoco renunciar a tus sueños e ideales por seguir los de la persona amada. Es muy importante mantener nuestra identidad y poder hablar con la pareja acerca de nuestros sueños, metas e intereses. Las metas comunes nos acercan y fortalecen la relación.

• Llamarle la atención en público. Hay personas que hablan de las faltas, las equivocaciones o las limitaciones de su pareja en público, como si de esta manera pudieran hacerlas cambiar. Este tipo de conversaciones solo se tienen en privado y se acompañan del deseo y la intención de aclarar los malentendidos y construir acuerdos para mejorar la convivencia.

• Involucrar a tu familia en la relación. En algunos casos, los comentarios y la presencia constante de los familiares termina afectando negativamente la relación. Establecer límites firmes y amplios les permitirá construir una vida juntos tomando en cuenta los intereses y las necesidades de ambos.

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