Ligar con madurasNos asomamos al final de ‘Quién quiere casarse con mi madre’ en Cuatro, la secuela tróspida que da el protagonismo a las madres, y ello nos lleva a interrogarnos por el fenómeno de las mujeres maduras. Hemos vivido momentos apasionantes en el programa.
Hemos vibrado con Toñi -fiscalizada por un hijo edípico-, que se ha mostrado muy sensible al embrujo ítalo disco de Tony, aunque ha coqueteado con un hipster de Barcelona con más tatuajes por centímetro cuadrado que una tribu polinesia y con un policía de racial sevillanía.
Nos hemos enamorado de Paulina, alguien que pide una billetera acorazada ya en las citas preliminares, poeta amateur que suspira al pronunciar “a ver si se lee mi nombre y queda para los estudios”. Requebrada por Dinger, el rapero autóctono de las coplillas MILF, nos ha regalado un neologismo con el que describe hostilmente a sus rivales: "Peuteoene".
Nuestro espíritu se ha elevado con Mar, la escritora 4x4, una humanista de verbo florido que se debate entre el eros civilizado de Jordi, un fan que recita su obra incógnita, y un galán del agro que se la llevaría de luna de miel junto a los cochinos y para quien un kebab es un clímax gastronómico sin parangón.
Nos hemos sentido incómodos con el carácter de Charo, una irascible mujer policía de perenne mal humor, y las nulas oportunidades que le ha dado a Alfredo, AKA El Ermitaño o El Abuelito de Heidi.
Hemos empatizado con Tere, de Getafe, a quien le ha correspondido el mejor lote, condenada entre otros al cortejo de un inquietante drag queen (Ángel), de un hombre que anuncia su discreto empuje sexual (Antonio), un hincha del Atleti (Mariano, descartado precisamente por ello) y un asturiano inefable (Libri).
Una de las recurrentes inclinaciones masculinas es la atracción por las maduras, y si antes sólo eran bien vistas las parejas en las que era el hombre quien aventajaba en edad a su pareja, la progresiva conquista de espacios de poder laborales y económicos de la mujer tiñe estas relaciones de un ingrediente de normalidad. Los medios divulgan las imágenes de modernas Bathorys que extraen la vitalidad de sus jóvenes consortes. Madonna acaba de abandonar a su novio de 25 años, el bailarín Brahim Zaibat, a quien ha acusado de cursi. Sharon Stone, en el umbral de la sesentena, se dejaba ver hasta hace bien poco con Martin Mica. Demi Moore colecciona jóvenes amantes a los que devora.
Hablamos de relaciones separadas por varias legislaturas, por abismos en los que una de las partes (ellas) sí recuerdan dónde estaban el día que el hombre pisó por primera vez la luna y conocieron el apogeo de los teléfonos analógicos. ¿Qué buscan ellos? Quizá se sienten jóvenes jedis que conducen sus naves al planeta Dagobah en busca de la sabiduría, curiosos deslumbrados por la experiencia, gente que aprecia la arruga, la pata de gallo, la belleza inmarcesible bajo el estrago y la muesca de los años.
Los prejuicio contra la diferencia de edad cuando es la mujer la veterana se desvanecen, y las MILFs, que una vez adoptaron los rasgos míticos de Anne Bancroft, son más independientes, con una carrea consolidada y con una cada vez mayor holgura económica. Se trata de mujeres con más edad, no de aliens con distinta programación cerebral, así que no las veas de distinta forma. Tú eres un búfalo de Durham, un potro desbocado, un yogurín pasteurizado que no necesita frío y que por tanto dura más. La edad no es un obstáculo para establecer una confianza inexpugnable: piensa en Luis Aragonés y Eto’o.
La edad no es un obstáculo para establecer una confianza inexpugnable: piensa en Luis Aragonés y Eto’o ”
Quizá el rol de macho alfa produzca menos deslumbramiento en ellas. Mirarán más en tu interior (verán qué posibilidades hay en ti), un concepto vago que engloba tus anhelos, tu cultura personal y los mantras de Eduardo Punset que atesoras. Quizá por eso no sean de tanta utilidad el estatus o el físico, sino tus habilidades humanas y tu valía personal. Si a priori poseen defensas más vulnerables, hay un prejuicio relativo a la edad que pondrá cuesta arriba tu acercamiento a la Mujer Madura. Estudia a tu objetivo y diseña una actitud acorde para tu asalto a Cougar Town.
Si se trata de una casada o recién divorciada tendrás que revitalizar los aspectos románticos, abrir un paréntesis en su monotonía y hacerlas sentir deseadas. Conviértete en una especie de Amélie masculino con episodios de satiriasis. Alquila una avioneta que pasee una banderola con un mensaje romántico frente a su ventana, proponle una escapada al Serengeti, llévale a tomar gintonics a todos esos sitios que parecen herbolarios. Se trata de despertar emociones, de avivar la llama, de alimentar la pasión. Si ella ya es madre te las estás viendo con una MILF, y quizá no tengas que enfrentarte a urgencias históricas similares a las que encontró Mourinho en el Real Madrid, pero tendrás que ganarte a su(s) hijo(s), ser tutor y niño, adulto y compañero de juegos. Un reto con un punto de esquizofrenia, una prueba para tus nervios de la que deberás airoso.
Ahora bien, si se trata de una soltera crónica, la dirección de la insatisfacción es otra. Mujeres que acumulan decepciones y que desconfían de los hombres, a los que ven con la misma hostilidad e incomprensión como las instrucciones para montar un armario ropero de tres cuerpos de Ikea. Desconfiarán de tus movimientos como de un intérprete sudafricano en un funeral de Estado. Proclives a la idealización, quizá se muestren más obsesivas con el compromiso y en un primer momento te sientas tentado de salir corriendo. Tú eres un tipo con recursos, y si superas el inicial rechazo por tu condición masculina, si te muestras comprensivo, un poco buenazo pero sin pasarse, y como alguien en quien se puede confiar, tendrás mucho ganado. Asegúrale que tú eres el que lleva el dinero del bote en las salidas nocturnas con tus amigos y que fuiste un buen presidente de tu comunidad de vecinos.
Hay otra especie potencialmente devastadora, las demimoores, mantis que cuando tú vas ya vuelven y que compran y venden hombres como tú en el mercado de futuros. Aspirantes a ser la Samantha Jones de ‘Sexo en Nueva York’. Mujeres libres e independientes, sexualmente activas y económicamente fuertes, con una psique parecida a la del revuelto Atlético de Gil, que mudaba de entrenador cada cuatro semanas. Te enfrentas a un reto semejante a la invasión de Rusia: resolver el conflicto de Oriente Medio sería más fácil. Quizá lo más importante sea la seguridad en ti mismo que desprendas, la habilidad verbal, el rápido juego de tu inteligencia en las réplicas, la riqueza de tus emociones y la destreza en la cama. Se trata seguramente de sintetizar un clon que aúne lo mejor de Guardiola, Paulo Coelho, Grigori Perelman, Mourinho, Josef Ajram, Nelson Mandela, Nacho Vidal y Ferran Adrià. Pero tú, y lo sabes bien porque tu madre te lo ha repetido mil veces, vales mucho y puedes con todo eso y más.
Fuente:
http://www.revistagq.com/articulos/ligar-con-maduras/19182