Radiografía de la chica pocha... o carta de amor a Marla SingerNota: Tyler Durden, Marla Singer y Jack son los personajes protagonistas de 'El Club de la Lucha', interpretados respectivamente por Brad Pitt, Helena Bonham-Carter y Edward Norton.
A la mañana siguiente de mantener relaciones sexuales completas con Tyler Durden, Marla Singer se encuentra haciendo el desayuno a Jack* en la casa que ambos hombres comparten, y es entonces cuando ella alardea de que el vestido de princesa que lució ayer antes del coito, y que hoy repite, le costó tan solo tres dólares. “Es lo que vale”, responde Jack. “Que te jodan”, contraataca ella, para a continuación abandonar la casa entonando una canción medio tétrica.
Esta escena pertenece al nudo de 'El Club de la lucha', de cuyo estreno se cumplen hoy 13 años, 11 meses y un día (una onomástica tan fenomenal como cualquier otra para recordar a Marla), y sirve para telegrafiar en apenas nueve palabras de parlamento (1. Este 2. Vestido 3. Me 4. Costó 5. Tres 6. Dólares [...] 7. Que 8. Te 9. Jodan) el retrato de la chica pocha por antonomasia.
Media hora antes del diálogo recién relatado, idénticos protagonistas se conocen en una reunión de víctimas del cáncer de testículos, enfermedad que a priori parece complicado que Marla sufra. Su motivo para acudir no es otro que escuchar a gente más hecha polvo que ella: el contraste le viene bien. Incómodo con la farsa, que desenmascara la suya propia, Jack (que sólo padece insomnio) se esmera por convencerla de que no acudan a las mismas terapias mientras Marla roba una carga de colada ajena de la lavandería y la vende al peso en el chino de al lado. Después de una despedida pocha y un vago pacto que ambos incumplirán más tarde, Marla se arroja al tráfico sin mirar a izquierda y derecha como os enseñaron vuestros padres y maestros por la sencilla razón de que ha tocado fondo.
La siguiente acción en la que la joven se hará presente en la vida de la pareja protagonista masculina será una sobredosis de pastilla seguida de llamada de socorro. Tyler coge el teléfono y acude al rescate. “Tienes amigas muy jodidas”, resumirá a su amigos después de dar buena cuenta de la muchacha.
Debido a la renuncia de la inicialmente ideal Janneane Garofalo por la “abundante carga sexual de la cinta”, se contempló la posibilidad de darle el papel a una que ya andaba bastante descacharrada (Courtney Love) y a otra que lo estaría más tarde (Winona Ryder). Con menor o mayor esfuerzo, es posible que ambas hubieran acabado dando con la tecla justa, pero lo cierto es que el casting se cerró con Bonham-Carter y nadie lo lamenta**. Nadie como ella para dar forma corpórea al tótem que se avecina.
Así pues, si hacemos recuento de lo visto hasta ahora con respecto a las características de uno de los personajes cinematográficos femeninos más sexualmente estimulantes de los últimos tres lustros, tendremos que…
1. A la chica pocha hace falta que le laven la lengua con lejía porque es muy malhablada, precepto con el que podría estar muy de acuerdo vuestra abuela (todas vuestras abuelas), que es quien ideó este traumático método de higiene en tiempos más políticamente incorrectos.
2. A la chica pocha tampoco le vendría mal que pasaran bastante por lejía todo su atrezzo y vestidos porque no compra en boutiques de alta costura precisamente.
3. A la chica pocha le da bastante igual lo que puedan decir de ella: se sabrá parte de la fiesta aunque no la hayan invitado y le resbalará absolutamente que la juzguen con displicencia si consideran que anda fuera de lugar.
4. A la chica pocha no le da ninguna vergüenza o reparo coger el teléfono en mitad de la noche y mendigar sexo porque se ha tomado un bote hasta arriba de Xanax y necesita que la mantengas despierta.
5. A la chica pocha no le importa demasiado que no le cojas el teléfono cuando ocurre el punto 4 porque, caso de no encontrar varón disponible, entiende que son las reglas del juego, del mismo modo que cuando cruza a lo loco o toma el metro sin importarle que su pie quede atascado entre coche y andén.
6. La chica pocha tiene mucho tiempo libre y lo suele gastar de manera destructiva. Fuma, bebe y escupe, pero lo hace con una envidiable cadencia armónica o no le estaríamos dedicando este poema.
7. Existe un gap en el argumento de ‘El Club de la Lucha’ cuando se plantea tácitamente que la chica pocha acude a encuentros de gente jodida sólo para rodearse semejantes en peores circunstancias que ella, para a continuación establecer que “ha tocado fondo”, pero es el mismo matiz que distingue al negro brillo del negro mate.
8. La chica pocha consume cerveza directamente de la lata, practica sexo por deporte y su mal cutis emana una extraña pureza porque, de tan homogeneamente chungo, se convierte en pauta. Cuando no solo una parte del conjunto, sino todas, están dislocadas, esa rara coherencia genera una heterodioxa belleza por sublimación.
8.1. Los muebles que adornan la casa de la chica pocha son cajas de pizza y de zapatos y latas vacías de cualquier cosa menos Fanta. Son arquitecturas ortopédicas en permanente estado de descomposición.
8.2. La chica pocha no fue educada en ningún otro método anticonceptivo que la marcha atrás, y si tuviera que escribir "método ogino" en algún momento de su vida, tanto le daría ponerlo con “g” o con “j”.
9. A la chica pocha le faltan un buen puñado de cualidades para ser precisamente femenina, pero tampoco tiene nada de testosterónico. Podríamos quizá estar hablando de un nuevo fenotipo descuidado e hipersexual tan centrado en no estar centrado que es casi impermeable a cánones y conductas convencionales. Un nuevo paradigma.
10. Si vas a presentarle a tu madre una chica pocha, lo mejor es que te hayas casado previamente con ella en Las Vegas o maldecirá vuestra unión. Si haces caso a lo que acabo de decir, os maldecirá también, pero ganas tú.
11. Ninguna de vuestras madres es una chica pocha porque las pochas sólo son pochas mientras permanecen solteras. A partir de ahí las trayectorias de ambas especies se vuelven divergentes.
12. A la chica pocha no puedes sobornarla con frases bonitas ni debes esperar ninguna saliendo de sus labios. Coge lo que quiere y da lo que quiere. Y si no te gustan sus normas, ahí tienes la puerta.
13. La chica pocha ve 'El Club de la Lucha' sin parar, escucha a los Pixies sin parar y no teme para nada al número 13.
CONCLUSIÓN
La chica pocha pasada por el filtro de Pigmalión podría llegar a convertirse en una chica sujeto de relaciones tormentosas y entonces mutará en una de vuestras favoritas -amantes de las raritas conflictivas, que sois unos amantes de las raritas conflictivas-, pero dudamos que cualquiera de vosotros sea capaz de domar a una purasangre en estado de efervescencia del mismo modo que no podréis introducir el agua de un océano entero dentro de un cubo de playa pese a que eso sea el colmo de lo aspiracional y muchas veces –kamikazes– lo intentéis con fruición.
*Jack es el nombre que el doblaje al español del DVD de 'El Club de la Lucha' asociaba al personaje interpretado por Edward Norton, si bien en el guión original nunca se hacía alusión al mismo y en iMDB se encuentra registrado como “The Narrator” por razones en las que no entraremos para no incurrir en el spoiler.
**Bueno, excepto quizá un amigo periodista cultural que, al ser particularmente detractor de la película, me preguntó si el papel lo interpretaba "esa actriz que es la versión low cost de Helena Bonham Carter". Touché.
Fuente:
http://www.revistagq.com/articulos/radiografia-de-la-chica-pocha/18729