¿Necesitas sabiduría y guía? ¿Deseas saber cómo manejar una situación difícil? ¿Te es difícil tomar decisiones correctas? Si es así, recuerda estas palabras, querido amigo/ga y repítelas a menudo para ti mismo/ma, dilas con firmeza, en silencio y en voz alta: Lo sabré.
Repítetelas a menudo, con ternura pero con persistencia: Lo sabré. Una nueva calma llenará tu mente y tu corazón. Llegarás a una nueva profundidad en ti que no sabías que existía. ¡Encontrarás que sabes y que sabes más de lo que pensaste! Comprenderás con mayor claridad, con mayor visión.
Fuiste creado para ser un canal de la sabiduría infinita de Dios y de Dios, un torrente sin obstáculos fluye por medio de tus pensamientos y sentimientos. Puedes saber todo lo que necesitas saber, porque Dios está en ti. Puedes recordar todo lo que necesitas recordar, porque Dios es la fuente de todo recuerdo.
Tu mente maravillosa no tiene límites porque es la creación de Dios. No hay límites para tu comprensión, porque Dios, tu Creador, es comprensión universal. Puedes comprender a cualquier persona o cualquier cosa al aquietarte y estar receptivo a la mente de Dios en ti.
Hace algún tiempo, cuando necesitaba tomar una decisión importante, afirmé repetidamente: Lo sabré. Estas palabras me ayudaron a descansar y confiar en la mente de Dios. Me dieron seguridad y me guiaron a la luz y la comprensión nuevas que eran necesarias en la situación. Supe qué decir. Supe qué hacer. Ninguna otra persona me hubiera podido dar seguridad suficiente. Tenía que saber en mí y supe.
Muchas veces, ésta es mi única oración: Lo sabré. Gracias, Dios. Lo sabré. Una y otra vez estas palabras calman mis temores, fortalecen mi creencia en mí misma como hija de Dios y fomentan una actitud descansada que me permite enfrentar cualquier circunstancia difícil. Me dan paz, serenidad y me liberan de ansiedad.
Encontrarás que estas palabras: Lo sabré, dichas con persistencia, obran como un camino de luz en tu mente para que todos los otros pensamientos y sentimientos las sigan. Encontrarás sorprendente la manera como las respuestas surgen a medida que se necesitan. La información necesaria estará disponible. Recibirás ánimo en el momento correcto. Los pasos que necesitas dar serán revelados y los acontecimientos se desenvolverán ordenadamente.
Si anhelas ver que un miembro de tu familia o un amigo, encuentre una salida a una dificultad, la mejor ayuda que puedes ofrecer es la afirmación: Lo sabrás. Dila en silencio. Dila en voz alta. No importa quien sea —una hermana, un hermano, tu madre, tu padre, un hijo, un nieto, un empleado o supervisor— puedes contar con la gran verdad de que la mente de Dios está en las personas que bendices y por medio de esta gran mente de Dios, ellos sabrán.
Charles Fillmore enfatizó esta verdad cuando escribió: “No importa cuán ignorante puedas ser acerca de las maneras del mundo o de las de Dios, si das a tu mente la atención de la Mente única, a su debido tiempo serás sabio”.
Aquiétate y sabe. Sabrás exactamente qué hacer y cómo hacerlo, porque la mente de Dios está en ti. Aquiétate y sabe, y manejarás todo con facilidad y gracia y con bendiciones para todos. Aquiétate y sabe y sentirás la paz, la seguridad y el callado gozo de darte cuenta de que tu dirección proviene de la fuente de toda sabiduría —¡Dios!.
Mary L. Kupferle.