¿Cómo sabemos si nuestra pareja está en problemas? Los primeros indicios suelen ser la falta de respeto, de admiración, al discutir las disputas comienzan de una manera negativa y acusadora, continuamente uno quiere moldear al otro de acuerdo a sus caprichos olvidando que la otra persona es un sujeto con deseos propios, permitimos que los aspectos negativos o las equivocaciones puntuales se expandan hasta tal punto que ya no podemos ver lo que sí hay de bueno en nuestro amado.
Las críticas son en extremo peligrosas, no existe nada más desalentador que alguien esté encima de ti criticándote constantemente. Las críticas echan por tierra todas las buenas cualidades que tenemos y el discurso de nuestra pareja pasa a ser en extremo molesto y doloroso.
Al discutir se puede sentir el desprecio de nuestro compañero hacia nuestra persona, el cual puede tomar formas diversas como el sarcasmo, la burla y la hostilidad. No es una manera saludable de lidiar con nuestro dolor, si estamos heridos por alguna acción específica atacar despiadadamente a quien nos ama no es la solución.
Luego de constantes críticas y peleas comenzamos a estar a la defensiva. Sin embargo, es algo contraproducente ya que al buscar justificar nuestros actos, de manera solapada lo que estamos haciendo es desligarnos de la responsabilidad de la situación, es explicar que actuamos de determinada forma porque fuimos influenciados por el comportamiento del otro y aunque esto es real en muchas situaciones, debemos tener cuidado de mencionarlo en el medio de la discusión porque solamente haremos que la otra persona se enfade más.
Con el tiempo uno de los miembros de la pareja puede actuar de manera evasiva. Llegamos cansados de trabajar y tenemos a nuestro compañero atacándonos porque llegamos tarde. En lugar de seguir la discusión, simplemente nos retiramos de la habitación y dejamos a la otra persona hablando sola. Suena tentador escaparse de estas charlas desquiciantes, pero al ser evasivos en realidad lo que estamos haciendo es ignorar al otro, minimizar sus sentimientos y por ende nuestra pareja se siente más furiosa e impotente aún.
Se puede caer en la desconexión emocional, ciertas parejas pueden convertirse en individuos que viven vidas paralelas que el otro ignora, viven juntos o están juntos, pero ya no comparten casi nada. Son una pareja por fuera, pero por dentro sólo existe soledad y ese espacio tan hermoso que una vez supieron construir juntos se desmorona.
Cuando estos factores comiencen a estar presentes en su rutina es hora de abrir los ojos y hacer algo para cambiarlo. Perder una pareja es una situación en extremo dolorosa y muchas veces puede evitarse si se consulta a tiempo. ¿Vale la pena luchar por lo que tienen?
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