APRENDE A DISFRUTAR DEL ‘BESO DEL VACÍO’
Así se besaba en 1936: "Hay que viajar alrededor de los labios de la chica"La Real Academia de la Lengua Española define “besar” como “tocar u oprimir con un movimiento de labios, a impulso del amor o del deseo o en señal de amistad y reverencia”. Pero, ¿por qué comenzó el ser humano a restregar sus labios con los de los demás? Las teorías más popularizadas señalan que se trata de un comportamiento instintivo que se origina debido a que los labios son un importante foco sensitivo, además de servir para la alimentación o la emisión de sonidos.
Demos un salto de gigante temporal y lleguemos a 1936, el año en que fue publicado The Art of Kissing de Hugh Morris, un popular libro estadounidense que explicaba, en la época de la Gran Depresión, cómo se debía dar adecuadamente un ósculo, y al que han acompañado no pocas secuelas, como es el caso del homónimo libro de William Cane o las reediciones del propio volumen. Dicho libro aseguraba que “un beso no puede ser definido” ya que cada vez que dos personas se besan el resultado es completamente diferente: “Gente viva y real que palpita con la vida, el amor y la felicidad extrema”. Toma ya.
No hay nada como sumergirse en la florida retórica del libro de Morris, que ha sido recuperado recientemente en Brain Picking, para recordar que los besos quizá hayan cambiado poco a lo largo de los siglos, pero la forma de expresión de sus expertos, mucho. También, que quizá fuesen más imaginativos que en nuestros días, ya que aunque el célebre y desagradable beso negro no figure en la lista, sí figuran “el beso espiritual”, el “beso del dolor”, el “beso de pestañas” o el “beso sorpresa”. Pero primero aprendamos a besarnos. ¿Cómo?
Prepárate
El beso debe ser “puro y dulce” y, por supuesto, el aliento ha de ser como “una brisa aromática”. Por eso quizá sea necesario perfumarse las comisuras de los labios (¡en serio!) o limpiarse y pulirse la dentadura (cómo no).
Haz un poco de preliminares
Sólo un estúpido agarra el rostro de una chica, lo atrae hacia el suyo y la besa. Un poco de cortesía, por favor. Hay que espantar los miedos de las novatas con bonitas palabras cargadas de seguridad y respeto. “A todas las mujeres les gusta ser halagadas”, reza al libro, así que sígase el consejo antes de meter lengua.
Agárrala bien
El libro aseguraba que un hombre hecho y derecho debía ser capaz de agarrar a una mujer con sus fuertes brazos, reclinarse sobre ella, mirarla a los ojos, tomar su mentón y entonces, besarla en sus labios “como una abeja que se asienta en los fragantes pistilos de una planta y sorbe el néctar de entre los labios de su amada”. O, como recuerda una instantánea recogida en el volumen, en el libro, es importante asegurarse de que “la chica esté reposada contra el brazo del sofá”.
Cuidado con los labios gordos
No se puede negar que el libro está redactado con un gran sentido del humor. Si tenemos la suerte (o la desgracia, porque en el ensayo no queda muy claro) de cruzarnos con una mujer de grandes labios (“como Joan Crawford”) nuestro procedimiento ha de ser muy diferente. “Si uno permite que sus labios queden muy centrados, habría cantidades de labio sin tocar y, por lo tanto, desperdiciadas”, señala el autor. Para evitar que tal despilfarro ocurra, se recomienda “viajar alrededor de los labios de la chica, parando unas cuantas veces para depositar un beso al pasar”. Una vez se hayan realizado varias vueltas, “vuelve inmediatamente al centro y deléitate ahí”.
Toca mucho
En otro pasaje del libro, Morris recuerda que “los labios no son la única parte del cuerpo que debe unirse al besarse”. Los amantes quieren todas las partes del cuerpo de sus amados, por lo que “deberían producirse tantos contactos corporales como se pueda”. No pensemos mal: Morris se refiere al pecho de los enamorados, no a otras partes pudendas.
Una vez sabemos correctamente cómo tratar al otro sexo, recordemos cuáles son las tendencias de beso que causaban furor en los críticos años 30.
Las fiestas de beso eléctrico
Parece ser que en dichos guateques se estilaba reunirse en una habitación a oscuras. Acto seguido, las mujeres seleccionaban a sus candidatos, con los que comenzaban a girar alrededor de la estancia para cargarse de energía estática ya que, al juntar los labios, la carga eléctrica hacía ver pequeños chispazos en la boca de los que se besaban (o al menos eso se recoge en el libro). Ríete tú de Nikola Tesla.
El beso francés “del alma”
Recordemos que en inglés, el beso francés es aquello que nosotros conoceríamos como un beso con lengua. En este caso, al origen geográfico se le añade el alma de por medio, puesto que se recuerda que al mezclar las lenguas, “también se unen las almas”. El arte del beso fue perfeccionado por los franceses ya que, como se recuerda en el ensayo, fueron los primeros en dejar el puritanismo atrás.
El beso del vacío
De tal complejidad y sofisticación que reproduciremos aquí por completo su ejecución, para evitar que ningún lector se lleve a confusión: “Empiezas abriendo tu boca un poco después de haber estado descansando pacíficamente con tus labios cerrados. Indica a tu compañera, restregando sus dientes con tu lengua, que quieres hacer algo distinto. En el momento en que responda, en lugar de preocuparte por su boca, aspira hacia dentro como si estuvieses intentando extraer el jugo de una naranja. Si conoce esta variación del beso, actuará de la misma manera que tú y succionará el aire de tu boca. De esta manera, en un breve período de tiempo, el airé será completamente extraído de vuestras bocas. Los labios se adherirán tan fuertemente que casi sentiréis dolor en lugar de placer. Pero será la clase de dolor que es altamente placentero. Puede sonar raro, pero es un hecho. El dolor es tan intenso que se convierte en placentero”. Y tú, ¿a qué esperas para probar este vacuum kiss?
Fuente:
http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2014-02-06/asi-se-besaba-en-1936-hay-que-viajar-alrededor-de-los-labios-de-la-chica_85286/