La vampiresa del siglo XVII: la condesa Isabel Bathory

La sangre es vida:
La sangre y los vampiros tienen una estrecha relación, al menos en la ficción. Muchas de nosotras conocemos a Drácula como el chupasangre más famoso de todos los tiempos.

Sin embargo, antes de que el Drácula literario o fílmico se hiciera conocido, existieron personas reales que tenían una fuerte devoción por la sangre, este es el caso de la Condesa Isabel Bathory.



Brujería y juventud:
Si tenemos que hablar de una cronología sobre los vampiros de la historia, la Condesa Isabel Bathory tiene un lugar. Ella fue una aristócrata húngara del siglo XVI, y tuvo una fascinación de adulta por la sangre, no solo bebiéndola, sino bañándose en ella con tal de obtener la eterna juventud. Esta idea le fue inducida desde joven por una nodriza que practicaba hechizos y magia negra.



A pesar que se casó a los 15 años, su esposo, el Conde Nadasdy, se ausentaba de ella para cumplir su misión de guerrero, momento ideal para que la condesa empezará dispersarse fijándose aún más en el esoterismo y la brujería, rondeándose de personas dedicadas a la magia, además de serle infiel a su esposo, sobre todo con mujeres.

La Condesa Sangrienta:
Fue un altercado que tuvo Isabel Bathory con una de sus sirvientas lo que hizo que ella empezará a ser una vampiresa real y que el apodo de la Condesa Sangrienta se le adjudicará por siempre.

Un día en que la condesa estaba siendo peinada por una de sus cortesanas, ella, sin intención, le halo un mechón de pelo, y la aristócrata reaccionó violentamente dándole una bofetada a la joven, produciéndole un derramamiento de sangre.

Un poco de esta sangre salpicó en la mano de la condesa, con lo que quedó fascinada, porque creyó que este líquido le había rejuvenecido y suavizado la piel.



Desde ese momento, sus baños con sangre se hicieron su gran obsesión; para ello, enviaba a capturar a mujeres jóvenes para tenerlas encarceladas y luego asesinarlas, para satisfacer su supuesta idea de la eterna juventud.

Con el tiempo, los aldeanos de los alrededores del castillo de la condesa empezaron a murmurar por las extrañas desapariciones y por que por las noches se escuchaba gritos de terror y angustia en el recinto.

Además, los cuerpos de las chicas asesinadas ni siquiera eran enterrados por los soldados, sino que los expulsaban a las afueras del lugar, para que las aves de rapiña desaparecieran todo rastro de evidencia.

El ocaso de la sangre y una cárcel particular:
El fin de la Condesa Bathory llegó por una orden real a causa de las quejas y rumores que se habían extendido hasta los oídos del rey húngaro Matthias II. Cuando la guardia real irrumpió en su castillo, se encuentró con una serie de niñas, chicas y mujeres, torturadas y encerradas en calabozos, cuerpos desangrados y un ambiente siniestro, refugio común de la muerte.

La Condesa Bathory asume un juicio, en el que declara que le fascina el olor de la sangre y la tortura, sin ningún ápice de remordimiento. Se esperaba que la condenen a muerte, pero la realeza prefirió que ella padezca su castigo de una manera lenta y aislada, para ello, empedraron la habitación de su castillo mantiéndola encerrada por siempre sin ningún tipo de comunicación.

Isabel Bathory cometió en su vida sangrienta más de 600 asesinatos, y murió después de 4 años de su encierro, en 1614, a los 54 años. Ella será recordada en la historia como una de las más conocidas asesinas en serie.

Como siempre lo que nos es desconocido nos fascina,... por supuesto el 7º arte no escatima estos recursos para crear títulos.

No pasará a la historia por ser una obra de arte, pero a quien le haya llamado al menos la atención la vida de la famosa condesa le recomiendo "Bathory: La Condesa de la Sangre" (2008)... hay títulos anteriores, de todos modos, para quienes prefieren ese toque "antiguo" en las películas.

Saludos