Atrévete a dar el primer paso porque es el que más cuesta. Anímate a vivir en primera persona la responsabilidad de hacerte cargo de tus decisiones y también de sus consecuencias para no responsabilizar a nadie más de tu propia felicidad o desdicha. Anímate a poner en práctica tu autonomía personal para elevar las alas de tu voluntad y alzar el vuelo a la altura de tus sueños. Camina a la velocidad que marque el ritmo de tu corazón. De lo que se trata es de avanzar. No te obsesiones con ir deprisa (esta es una de las ideas irracionales que surgen en una sociedad en la que el éxito es un valor que cotiza al alza).
Por dónde empezar
Este es precisamente el punto más importante cuando queremos avanzar en la dirección hacia una meta, concretar cuál va a ser ese primer paso, qué vamos a hacer para alcanzar nuestros sueños. Una vez que damos ese primer paso, el destino también nos empuja con su inercia.
Deja de decir “no puedo” antes de intentarlo. Es esencial experimentar en la práctica las propias habilidades para descubrir los límites personales. Seguro que alguna vez descubriste en la práctica del vivir diario que “ese no puedo” era imaginario porque la realidad te demostró lo contrario. Creemos saberlo todo de nosotros mismos, sin embargo, con frecuencia descubrimos lo equivocados que estábamos al haber ignorado nuestras posibilidades.
Hoy es un buen día
Hoy es un buen día para dar ese primer paso pero si quieres tomarte más tiempo, concreta en tu calendario cuál será esa fecha y por qué. ¿Por qué es tan importante contextualizar en el tiempo los propósitos? Porque vivimos aquí y ahora y las fechas nos ayudan a tomar conciencia de nuestra propia realidad temporal. Anímate a dar el primer paso porque solo es eso: un primer paso.
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